A veces pensamos que la violencia es algo lejano, algo que ocurre en otras casas, en otros lugares, con otras personas. Pero la verdad es que, con demasiada frecuencia, la violencia contra la mujer está más cerca de lo que creemos. Puede estar en una palabra hiriente, en un silencio que pesa como un golpe, en una mirada que humilla o en un gesto que intimida. La violencia contra la mujer no siempre se manifiesta como algo evidente, y precisamente por eso, suele ser ignorada o incluso normalizada.
Es por esto por lo que este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2024, es importante recordar que la violencia no discrimina. Puede sucederle a cualquier mujer, sin importar su edad, su situación económica, su educación o su lugar de residencia. Es nuestra realidad, y debemos mirarla de frente para cambiarla.
Señales de violencia contra la mujer
La violencia tiene muchas formas: física, psicológica, económica, sexual y emocional. A menudo empieza con pequeños actos que parecen insignificantes, como controlar con quién hablas, criticar constantemente lo que haces o manipularte para que dudes de tus decisiones. Estas acciones, aunque puedan parecer inofensivas, son señales de alerta de algo más profundo.
Es crucial que aprendamos a identificar estas señales, tanto en nuestras vidas como en la de las mujeres que nos rodean. Muchas veces, quienes sufren violencia no se dan cuenta de que son víctimas, o sienten miedo y vergüenza de hablar. Pero debemos ofrecer un sistema de apoyo seguro que les ayude en casos de violencia doméstica, personal o laboral.
Confianza y apoyo: pilares para denunciar
Denunciar la violencia no es fácil, lo sabemos. Puede parecer aterrador pensar en las consecuencias, en lo que pueden decir los demás o en lo que podría pasar después. Sin embargo, es un acto de valentía, un paso hacia la recuperación y la libertad.
Si estás viviendo una situación de violencia, no estás sola. Tu círculo cercano puede ser tu primer refugio: una amiga, un familiar, una compañera del trabajo. Hablar es el primer paso. Y si sientes que no encuentras apoyo en tu entorno, las autoridades y organizaciones especializadas están ahí para ayudarte. Existen líneas de ayuda como el 911, refugios y redes de apoyo listas para ofrecerte una mano amiga.
Empoderémonos juntas
Hoy más que nunca, necesitamos alzar la voz, apoyarnos entre mujeres y construir una comunidad donde el respeto, la empatía y la igualdad sean los pilares. Hablar de violencia es incómodo, pero es necesario. No solo para las víctimas, sino para todas nosotras, para construir un futuro donde ninguna mujer tenga que vivir con miedo.
En este día tan significativo, recordemos: mereces vivir sin violencia, mereces respeto, y mereces ser escuchada. Si ves a alguien que podría estar sufriendo, ofrécele tu apoyo sin juzgarla. A veces, una simple palabra de aliento puede marcar la diferencia.
La violencia contra la mujer no es solo un problema individual, es un problema social y la solución empieza con cada una de nosotras, con el valor de hablar, de escuchar y de actuar.
Hoy y siempre, el cambio comienza contigo.